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23 de febrero de 2023Las características de las «startup», actúan como elementos diferenciadores que explican su naturaleza:
Temporalidad:
La «startup» como estructura mercantil, tiene un carácter limitado. La premura de una empresa que finaliza convirtiéndose en un negocio estable.
Novedad:
La innovación es la condición esencial de toda «startup». Generalmente, van vinculadas a las nuevas tecnologías, internet y todo el entorno virtual.
Esta innovación, es una gran ventaja competitiva frente a otras empresas, que puede utilizarse como un carácter diferencial de su negocio o de los procesos productivos empleados en él.
Reducción de Costes:
Estas empresas emergentes, resultan un negocio muy atractivo. «Ab initio» no requieren de grandes cantidades económicas para ponerse en marcha, y su vinculación a las TIC les hace ser siempre prioritarias en los marcos de subvención o ayudas al emprendimiento.
Financiación:
Si bien los costes de comienzo son mínimos, a medio plazo las ganancias de la «startup» son muy a tener en cuenta, desde el punto de vista financiero mercantil.
Como resultado de este crecimiento acelerado, muchos inversores externos se sienten atraídos por esta modalidad de negocio, y aportan financiación a cambio de acciones o participaciones en la empresa.
Estos inversores suelen ser mecenas de nuevos talentos, business angel y capitalistas de riesgo.
Riesgos:
Las «startup» adquieren un fuerte riesgo ya que persiguen como objetivo inicial, dominar un nicho de mercado (frecuentemente poco explorado) en el que trabajan a base de hipótesis.
Este medio de incertidumbre requiere una gran capacidad de adaptación a los cambios.
Su objetivo, consiste en hacer que esas hipótesis funcionen, que los productos o servicios ofertados sean bienvenidos por sus clientes, manteniendo unas ganancias elevadas que permitan retornar la inversión, el payback, garantizando así la escalabilidad del negocio emprendido.
Muchas «startup» se evaporan al poco tiempo de vida o son vendidas antes de encontrar un modelo de negocio estable.
Sin embargo, existen múltiples ejemplos de compañías que han prosperado, convirtiéndose en negocios de referencia (Google, Facebook, etc.).
Para muchos versados en la materia, la transición de una «startup» hacia un modelo de negocio repetible y escalable sígnica el fin de la «startup» en sí misma, pues pasa a transformarse en Empresa, en una sociedad clásica de las reconocidas en nuestro sistema mercantil.